Estudio 9: La Obra de Jesús IV. Su entrega como sacrificio en beneficio nuestro.

Nuestro estudio de hoy está basado en San Lucas 22: 14-20.

Introducción: Es la última Pascua que Jesús celebra con sus discípulos. Es jueves. Durante la noche Jesús será apresado y condenado para ser crucificado el viernes por la mañana. Las palabras de Jesús son de despedida. Presentan una gran promesa basada en su sacrificio supremo en beneficio nuestro.

Institución de la Cena del Señor

14 Cuando era la hora, [Jesús] se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

1Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!

16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios.

17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;

18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga.

1Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.

20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto(B) en mi sangre,(C) que por vosotros se derrama.

Cuestionario:

1.- ¿Qué sabía Jesús de antemano que habría de sucederle? Vers. 15

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2.- ¿Volvería Jesús a celebrar la pascua con sus discípulos en esta tierra? ¿Cuándo esperaba Jesús volver a celebrarla con sus discípulos? Vers. 16-18.

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3.- ¿Que quiso decir Jesús al presentarles el pan y el vino? Vers. 19, 20.

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4.- ¿A quién recordarían los discípulos cada vez que partieran al pan y compartieran la copa a la manera como Jesús lo hizo? Vers. 19.

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Lectura adicional:

Cristo estaba todavía a la mesa en la cual se había servido la cena pascual. Delante de él estaban los panes sin levadura que se usaban en ocasión de la Pascua. El vino de la Pascua, exento de toda fermentación, estaba sobre la mesa. Estos emblemas empleó Cristo para representar su propio sacrificio sin mácula. Nada que fuese corrompido por la fermentación, símbolo de pecado y muerte, podía representar al “Cordero sin mancha y sin contaminación.”2 {DTG 609.1}

“Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dió a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed, esto es mi cuerpo. Y tomando el vaso, y hechas gracias, les dió, diciendo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” {DTG 609.2}

Al participar con sus discípulos del pan y del vino, Cristo se comprometió como su Redentor. Les confió el nuevo pacto, por medio del cual todos los que le reciben llegan a ser hijos de Dios, coherederos con Cristo. Por este pacto, venía a ser suya toda bendición que el cielo podía conceder para esta vida y la venidera. Este pacto había de ser ratificado por la sangre de Cristo. La administración del sacramento había de recordar a los discípulos el sacrificio infinito hecho por cada uno de ellos como parte del gran conjunto de la humanidad caída. {DTG 613.3}

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Estos párrafos han sido tomados del capítulo 72: “Haced esto en memoria de mí”, del libro “El Deseado de Todas las Gentes”, escrito por E. G. White.

Si deseas leer todo el capítulo, sigue este enlace:

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