Carta a una oveja perdida

Tomé un tiempo para mirar sus fotos,

Sí, esas que usted exhibe con orgullo.

¡Glorias de este mundo, risa vana,

y corazón vacío!

.

Vi artistas de renombre,

hombres y mujeres famosos,

pero no vi a Cristo.

.

¿En qué triste momento, su corazón,

dejó de mirar al cielo?

¿En qué momento infausto, la podredumbre de este mundo,

le pareció deseable?

.

¿En qué momento terrible, las glorias del Cielo,

y la cruz sangrienta

perdieron todo atractivo en su corazón,

y se volvieron vanas a sus ojos?

.

¿Dónde está aquel Jesús al que usted cantaba con gozo

y arrebatos de  amor santo?

.

¿Se fue él de su lado y no se ocupó más de usted?

¿Será que el Señor del Amor ya no la ama?

¿Será que el Brazo del Omnipotente perdió su fuerza,

y no puede ya sostenera?

.

¿Habrá algo difícil para Dios?

.

El que quitó siete demonios a María,

¿No pudo librarla a usted?

El que libró de la legión al gadareno

¿Tiene miedo de acercarse a su corazón?

.

El que murió por todos los hijos de Adán,

¿Pasó por alto su nombre?

.

La sangre sacrosanta corrió por el palo de la cruz,

bañó la tierra y la lluvia la llevó lejos.

Llegó a los mares, subió a las nubes,

y llovió sobre todo hombre.

¿Andaba usted con paraguas ese día?

.

No, mi hermana, nada de eso, Jesús la ve

y la sigue a todas partes.

Y Su corazón llora junto al mío viéndola rodar

cuesta abajo.

.

Y allá va mi querida hernana, llena de risa,

como el cordero que es llevado al matadero,

como el ave que se apresura a la red,

y no sabe que es contra su vida.

.

“Yo estoy a la puerta y llamo,” dice el testigo fiel,

aterido de frío en la noche.

“¡Hijita mía, estás allí, ¿no oyes mi voz?

.

“Te sientes muy feliz en el casino, antro de Satanás.

“Ríes con los grandes y famosos de este mundo

y con ellos comes y asimismo bebes de su engañoso néctar.

.

“Yo estoy aquí a tu puerta, quiero cenar contigo.

“Sí, soy yo, Jesús, el que todo lo dio por ti,

el que perdonó tus pecados,

y te dio un nuevo corazón.

.

“Soy yo, el que vivo para siempre,

el que te hizo con sus manos,

el que te dio todo lo que tienes.

“¿Te has olvidado de mí?

.

“¿No me abrirás la puerta?

“¿Me dejarás aquí afuera, en esta noche helada?

.

“¿Olvidarías tú a tus hijos?

“¿Menospreciarías el fruto de tu vientre?

“¿Tendrías en poco al que acunaste con ternura?

.

“Así yo tampoco puedo olvidarme de ti,

en las palmas de mis manos te llevo esculpida.

“Mis sienes, mis pies y mi costado te contarán la historia

de mi amor incansable.

.

“¡Oh hijita de mi vida, abre la puerta de tu corazón

del cual me arrojaste un triste día!

.

“¡No, no, no, no me digas que me amas!

“No puedes decir que me amas si no sigues en pos de mí.

.

“No me digas que me sigues de otra manera.

“Conoces la verdad.

“Esa verdad que te salvará

o que un día arderá en tus entrañas y consumirá tu vida.

.

“Vuelve a mi, y yo vendré a tí con bendición.

“Abre la puerta, cena conmigo,

y verás cómo las glorias que amas palidecerán ante tus ojos y

vendrán a nada.

.

“Vuelve tú, y trae contigo a todos los que apartarte de mi camino.

“No soy artista de cine, ni de televisión, ni cantor de boleros,

soy Jesús tu Salvador: el Camino, la Verdad y la Vida.”

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