De su libro “Las Flores del Bien”
SOLO ERES TU
… y tú eres el otro edén ya envejecido
de mi honda soledad
en el monólogo callado de mis horas.
……………………….
El tiempo pierde entre tus árboles
el mismo palpitar de sus relojes.
Sólo eres Tú.
Yo vivo en tu reflejo
volando mi frágil mariposa
sin esperar otros jardines.
Sólo el soplo de tu Espíritu
sin miedo.
Ya respiro el polen de las rosas nuevas.
Ya llega a mi interior
la propia presencia de tu Espíritu
sin aire,
con la fuerza de la vida
hecha capullos,
con el tallo de la idea
dando flores.
Y Tú eres una luz
con su armonioso conjunto de raíces
pasando por mi cuerpo.
Y buscas tierra, mi horno seco de dolor,
para encenderle el fuego de la vida
con la fragua original
y las estrellas.
Mi propio sentimiento
se viste de alas transparentes
volando los espacios
del límite y las sombras; soy.
Yo soy tu sueño acompañado
de la noche
sin nunca repetir
la triste grandeza negativa
del abismo.
Yo soy un poco menos que tu huella.
Una imagen que se borra con las olas,
en silencio.
Un grito de las rocas
grabándome en los siglos sus arenas,
con el viento.
Nueva York a Amsterdam,
1-7-93
.
YA NO TODOS SOÑAMOS
Tu paso de fuego dejó una huella perdurable,
más durable y más plena que mi sueño.
Tu brillo me repite la ventura con el firmamento,
hace brotar flores visibles en mi noche,
y mis días llena con la esencia inagotable
de tus tiempos eternos.
Puertas de Kiev, aquí ya no todos sueñan
el mismo sueño. La copa de cristal se ha vuelto
un pequeño vacío, sin las manos.
Las mismas letras ya no dicen lo mismo.
La voz no se repite. Hay una especie de silencio
detenido en hojas secas esparcidas y quietas.
Las cosas se dibujan con espejos convexos
y cada crepúsculo abandonado
es un cementerio de viejos ojos perdidos.
Solitarios vidrios rotos. Ermitaños del silencio.
Reliquias del quejido. Pena añeja.
¿Y el valor? ¿Las convicciones?
Llanto seco sin lamento.
La noche apaga todo con sus ojos tristes
y no duerme.
Cada recuerdo se concentra de cemento
y no florece.
Cada logro del pasado se llena de ceniza
y no se ahoga.
Cada incendiado paso vuelve a ser una piedra
sin la estatua de la plaza.
Todo se va como si no hubiera venido.
Llueve. Se empapa la tierra de tristeza
y la amnesia no se amasa
con olvido voluntario y solo.
Desde Minsk a Kiev, 12-7-93.
.
JARDINES DE KIEV
¡Cómo se parecen los jardines de Kiev
a tus mansiones!
Hoy,
la lluvia los empaña
y opaca la mirada interminable
en los colores.
Pero el verde se llena de grandeza.
Penetra más allá de la distancia.
Sólo un rastro y tu potente paso
supera la fuerza irresistible de la tierra.
Kiev, 14-7-93
.
TU NOS MIRAS PENSATIVO
Las estrellas errantes
de mis días repetidos
transitan su horizonte inagotable.
Y Tú nunca los detienes.
En tu espacio nada existe detenido.
Tus aguas no son verdes,
ni se llenan
de olor acongojado en los recuerdos muertos.
No son tristes, ni se cubren de neblina
cuando sueñas.
A veces también Tú nos miras pensativo
y a través de la ventana.
Tu vidrio no desliza la lluvia.
No se enfría de nostalgia irrepetible
y sola.
No se quiebra con el golpe añejo
de las horas.
No se ensucia de carbono repartido
por la bruma.
No se empaña.
No se quiebran tus ríos
con la escarcha del tiempo aprisionado.
No se quejan tus olas
contra el álgido recuerdo
de las rocas y el repudio.
Tus montañas no mueren con el fuego
en sus entrañas.
Tú vives y vives repitiendo
el movimiento de los siglos
¡y mi espera te contempla en el rocío!
Kiev, 14-7-93
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