Para  Ana María, mi esposa.

Se enamora de mis ojos
esta noche silenciosa.
Un sueño inesperado,
inquieto y travieso:
el recuerdo de tu cariño,
me envuelve en un velo azul
y el brillo de tus ojos vivaces
me saluda desde las estrellas.
Tu presencia me rodea como un halo
que se mece con la brisa
y el calor de tu amor
que nunca muere,
entibia mi corazón entumecido.
Quisiera yo que este sueño nunca acabe
o que al despuntar el día
no sufra tanto tu partida.

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